domingo, 12 de agosto de 2018

UN CRIMEN QUE LA HUMANIDAD NO PUEDE OLVIDAR JAMÁS.






Hace hoy, exactamente SETENTA Y TRES AÑOS que  el entonces Presidente de los Estados Unidos Harry Truman  ordenó el lanzamiento de la segunda bomba atómica contra la ciudad de Nagasaki. Era exactamente el 9 de Agosto de MIL 945. Tres días antes, el 6 del mismo mes y año,  también  se había ensañado con  Hiroshima. Aquellas agresiones nucleares convirtieron a ambas ciudades japonesas en un verdadero antro de destrucción y de muerte.

Aquel  bombardeo, según los expertos,  no fue otra cosa que el experimento diabólico de aquellos artefactos, pero más que eso, constituyó una exhibición  al mundo del poderío norteamericano. Según las estadísticas los ataques provocaron la muerte instantánea de más de CIEN MIL PERSONAS.
La justificación de lo injustificable fue que Japón se había negado a aceptar la rendición propuesta por los aliados, pero nada podría justificar que tan alevosamente perdieran la vida tantas personas inocentes en una agresión de esa envergadura que califica como el hecho criminal de guerra más degradador de la especie humana.

El pasado día 6 de Agosto las autoridades japonesas, al conmemorar el aniversario 73 de aquellos horrendos bombardeos, abogaron una vez más por un mundo sin armas nucleares  y el alcalde de Hiroshima Zaumi Matsui declaró: “ Si la humanidad olvida la historia o deja de confrontarse con ella, podríamos volver a cometer un terrible error “ --- y añadió:  “ Los esfuerzos por eliminar las armas nucleares deben continuar. Algunos países se muestran abiertamente nacionalistas y modernizan su arsenal nuclear avivando tensiones que se habían mitigado con el final de la Guerra Fría. “

El mundo no advierte el peligro del desastre. Los poderosos quieren seguir eliminando los vestigios de paz y de concordia. Quieren desestabilizar gobiernos legítimos como el caso de Venezuela y Nicaragua, imponen sanciones a Irán, mantienen un férreo bloqueo criminal contra Cuba y mientras que se autoproclaman paladines de la democracia no pierden oportunidad para agredir, saquear y matar. Es el estilo de la  “ famosa y cacareada democracia a lo “ yanquilandia. “

Hace falta recordar más que nunca, en estos tiempos convulsos, algo que debe ser un perpetuo mensaje para el mundo y es la expresión díáfana y pura del Benemérito de las Américas BENITO JUÁREZ:

“ EL RESPETO AL DERECHO AJENO, ES LA PAZ.”

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