Como
conoce nuestro pueblo, el pasado día 16
de Junio el Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en el marco de un
Show mediático instalado en un Teatro de la ciudad de Miami, dio a conocer la política de su gobierno hacia
la República de Cuba en la que, en un faciloide ejercicio revierte los avances
alcanzados en los dos últimos años luego de que los Presidentes Raúl Castro y
Barack Obama declararan la decisión de restablecer las
relaciones diplomáticas e iniciar un proceso hacia la normalización de los
vínculos entre las dos naciones.
Ante
una representación de lo más recalcitrante de la política anticubana en la
ciudad floridana pronunció un discurso cargado de retórica hostil y firmó un
documento denominado MEMORANDO PRESIDENCIAL DE SEGURIDAD NACIONAL SOBRE EL
FORTALECIMIENTO DE LA POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS HACIA CUBA.
Según
Trump, le preocupan los derechos humanos
en Cuba cuestión tomada como justificación para acabar con un proceso que, los
especialistas aseveran que es de la aceptación de amplios sectores dentro de
los propios Estados Unidos, que también
ven con indignación la derogación, por el inquilino de la Casa Blanca, de la
Directiva Presidencial de Política titulada: “ Normalización de las relaciones de los
Estados Unidos y Cuba “, emitida por el
presidente Obama el 14 de Octubre de 2016.
El
estilo que demuestra con estas acciones
el actual presidente yanqui, es el mismo
usado por sus más reaccionarios antecesores que jamás han podido
doblegar la dignidad, el decoro, la independencia y la soberanía de Cuba ganada
con tanta sangre y sacrificios en aras del bien de su pueblo y para que Cuba
siga siendo con los cubanos y para los cubanos, y no convertirnos jamás en una colonia del
imperio brutal que demuestra una vez más que nos desprecia, al decir de José
Martí.
El gobierno de la República de Cuba ha
denunciado las medidas de endurecimiento del bloqueo y las maniobras
norteamericanas para impedir el avance económico de nuestro país y advierte que
las veces que sea necesario jamás lograrán el propósito de debilitar a la
Revolución Cubana ni doblegar a su heroico pueblo, cuya resistencia a las agresiones de cualquier
tipo y origen ha sido probada a lo largo de casi seis décadas.
Tal
y como se plantea en la Declaración del Gobierno de Cuba del mismo 16 de Junio
de 2017: “ Como hemos hecho desde el triunfo
del Primero de Enero de 1959 asumiremos cualquier riesgo y continuaremos firmes
y seguros en la construcción de una nación soberana, independiente, socialista,
democrática, próspera y sostenible.