Perucho Figueredo, Autor de nuestro Himno Nacional |
Carlos Manuel de Cèspedes Padre de la Patria | . |
Bandera de La Demajagua |
Es 20
de Octubre. La fecha, por sí misma, tiene el indicativo feliz de marcar el
momento cumbre de una consagración
sublime y de una proyección gigante en el crisol del nacimiento de una nación
rebelde y de su identidad en aquel Bayamo de 1868, liberada del yugo
español por el también naciente Ejército
Libertador y que cantó a los cuatro vientos las estrofas enardecidas de Perucho
Figueredo proclamando el apotegma heroico de que MORIR POR LA PATRIA ES VIVIR.
Aquel
día, se cimentaba al fin un pedestal de valores y de ética y se concretaba
también la apertura de una etapa nueva, con admirable sentido de unidad y de
compromiso con el sacrificio, al que
jamás los cubanos renunciaremos porque se trata de la PATRIA, de NUESTRA CUBANÍA, de
NUESTRO DERECHO A LA INDEPENDENCIA Y A LA LIBERTAD conquistadas con más de cien
años de continuas batallas.
Aquel Himno Glorioso no sólo puede
concebirse como una creación artística y literaria, sino como todo lo que tiene
que ver con nuestra espiritualidad
humana; es a la vez, uno de los modos en los que se expresa el desarrollo de
una conciencia nueva y constituye por
siempre un instrumento de cohesión social, es decir, de la unidad a la que
Fidel y Raúl nos han llamado tantas y tantas veces en estos años,
de esta época continuadora de las
glorias y combates de los grandes
fundadores de nuestra libertad.
Todavía hoy este pueblo cubano,
heroico, rebelde, lleno de firmeza, siente el calor generado por la gran
hoguera en la que se convirtió Bayamo cuando sus habitantes prefirieron
quemarlo antes que cayera nuevamente en manos de los españoles.
Los cubanos de hoy seguimos
defendiendo esos ideales y advertimos
que jamás claudicaremos ante cualquier intento de socavar nuestra integridad y
nuestra soberanía que es fruto de mucha sangre derramada.
Los combates de la guerra del 68,
los de la gesta organizada por Martí en 1895, la batalla contra las
intervenciones yanquis y la instalación de la seudorrepública así como la
guerra de liberación definitiva que finalizó con el triunfo de enero de 1959
tuvieron la forja de sus acciones en el vibrante Himno que finaliza diciendo A
LAS ARMAS, VALIENTES, CORRED.
Es nuestra obra artística
fundamental desde aquellos tiempos y para los tiempos por venir en la
configuración cultural de los cubanos. No sólo puede concebirse como una
creación artística y literaria, sino como todo lo que tiene que ver con nuestra
espiritualidad humana, con la convicción de cubanos dignos y del amor que sentimos por la gloria
vivida y la por vivir. Es, simplemente el ícono inspirador de nuestra razón de
ser hijos de la gloriosa Patria Cubana.
Jamás dejaremos de defender nuestra memoria histórica que no es más que la gloria
vivida en aras de la libertad. VIVA EL
DÍA DE NUESTRA CULTURA NACIONAL.
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