domingo, 24 de enero de 2016

EL CONCEPTO DE REVOLUCIÓN: UNA BRÚJULA PARA MANTENER SIEMPRE EL RUMBO ÉTICO Y HUMANISTA TRAS LA HUELLA DE MARTÍ.





   

                                                                        
                                                                                                                                                                                                                                            
                                                                           


Por Tony Caballero Vidal.


El concepto de Revolución proclamado por nuestro Comandante en Jefe no puede

 divorciarse   jamás   del   sentido     ético   martiano   y      humano   del       proceso      

 transformador que resultó de la lucha perenne del pueblo cubano por la definitiva libertad, primero, y lo resultante del triunfo del primero de enero de 1959 como elemento esencial. Al arribar al aniversario 163  del natalicio del Apóstol, nuestro homenaje y nuestro reconocimiento mediante este análisis.
La nueva proyección social surgida de la Revolución Cubana se concibió a partir de principios muy bien definidos y conceptualizados sobre marcados propósitos de moralidad, única vía posible de enrumbar la nueva vida que se iniciaba con  una causa justa, equitativa y popular lograda sobre la base de otro principio elemental que deriva la fuerza de toda obra social que se respete a sí misma: LA TRANSMISIÓN DE LAS MÁS NOBLES IDEAS.
A mi modo de ver, hay que valorar muy bien lo que se plantea en el concepto de Revolución definido por el Jefe de la Revolución. En su contexto nos damos perfecta cuenta de su sentido abarcador, de su amplio espectro acerca del hombre, del respeto a la libertad y a la soberanía, a la dignidad, a la Patria, a sus valores, pero más aún por su detalle abarcador de un sentido justo y humanista que iguala al hombre y lo lleva a la cúspide del pensamiento de hombres de la talla de nuestro Martí, de Bolívar y de los grandes pensadores de la gran trayectoria confirmativa del proceso liberador cubano.
 
Así nos plantea Fidel:
“Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas. Revolución es unidad, es independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo.”
RETROSPECTIVA EN EL TIEMPO:
A solo unos días del triunfo revolucionario, en aquel mes de enero de 1959 el propio Fidel definía los valores éticos de la Revolución y lo definía muy claro ante las pretensiones de los que, desde el triunfo quisieron tergiversar el sentido moral del proceso popular. Así lo expresaba:
“Las leyes de la Revolución son, fundamentalmente, principios morales. Los propósitos por los cuales se está luchando, esos propósitos son los que guían y trazan el derrotero de la Revolución. La Revolución no es una cosa loca, la Revolución es algo que tiene una ruta trazada, una serie de principios a los cuales se ajusta y, además, una serie de principios fundamentales que son necesarios dejar bien sentados para que la Revolución se pueda desarrollar pacífica y ordenadamente.”

 
DEFENSA PERMANENTE DEL SENTIDO ÉTICO DE LA REVOLUCIÓN.
Ha sido siempre el propósito de la dirección de la Revolución  en la persona de nuestro máximo líder explicar no solo el significado de la obra revolucionaria sino los argumentos precisos para su comprensión por amigos y enemigos. El solo hecho de explicar, de persuadir, de mostrar pruebas, de convencer con verticales planteamientos han sido los elementos fundamentales de otra marca de la ética del último y definitivo proceso emancipador cubano, pero sobre todo, el sentido moral más elocuente ha sido el respeto a la verdad y la convicción de que la firmeza se  edifica sobre elementales valores éticos y morales. Así manifestaba en Febrero de 1960 a solo un año del triunfo:
“Es posible que muchos empiecen ahora a comprender la Revolución en toda su significación y en toda su grandeza, porque, incluso, era una palabra muy en boga, muy repetida y que para muchas personas no tenía sino una significación sonora, una idea confusa, porque, incluso, se llamaba revolución a cualquier cosa y cualquiera se llamaba revolucionario.”
LA REVOLUCIÓN, ESCUELA DE EXPERIENCIAS, DE APRENDIZAJE CONSTANTE.
No puede olvidarse que los valores éticos, sustentados siempre en el concepto de la moral y más aún en la moral de la sociedad y su desarrollo en la marcha sobre ruedas de nuevo tipo se nutren siempre de cada detalle. Es como el científico que recoge de cada experimento de su búsqueda cada fórmula para aplicarla, pero cabe señalar que el arte ético de buscar esas fórmulas están dadas en saber cuál de ellas sirve y cuáles no; qué es lo correcto, lo aplicable, lo consecuente. Y Fidel lo corroboró muy bien cuando dijo desde los primeros años de poder revolucionario:
“Y fácil parecía una revolución y, sin embargo, una revolución no es tarea fácil. Una revolución no es un acontecimiento sencillo en la historia de un pueblo. Una revolución es un hecho complejo y difícil, que tiene además la virtud de ser una gran maestra, ,porque nos va enseñando sobre la marcha, y sobre la marcha va fortaleciendo la conciencia del pueblo, y sobre la marcha nos va enseñando qué es una revolución.”
En resumen, los valores éticos de nuestro proceso revolucionario se consolidan en que desde que el pueblo cubano asumió el poder como resultado de la propia Revolución se formó la convicción de que no hay en el mundo fuerza capaz de aplastar la verdad y las ideas. Por supuesto que ello conlleva que tampoco es posible aplastar los CONCEPTOS MORALES que sustentan el sentido ético de esa propia Revolución.
CONCLUSIONES:
Al analizar la trayectoria  del legado de nuestro Comandante en Jefe a través de todos los años de lucha y de poder revolucionario, nos damos perfecta cuenta, de que los valores éticos están y estarán siempre presentes en la obra revolucionaria que se hizo sobre esos valores y siguen adelante sustentados en esos mismos valores.
Las declaraciones de Fidel en sus discursos desde los primeros años de la Revolución corroboran que siempre ha existido vigente el principal sentido de humanismo, de dignidad, de solidaridad, de hermandad y de unidad a los que hacía referencia anteriormente en mi análisis.
POR TANTO: El CONCEPTO DE REVOLUCIÓN  expresado por el Comandante en Jefe el 1ero de Mayo de 2001, constituye una resultante  nutrida de todas las experiencias ético morales y humanistas de un proceso emancipador que se nutrió del propio proceso en una sumatoria de valores consolidados por el camino transitado. Es, a mi juicio, una síntesis, un perfeccionamiento valioso y digno donde se integran todos los indicadores capaces de guiarnos por el camino correcto hacia constantes triunfos. EL CONCEPTO ES, A MI MODO DE VER, EL SELLO ÉTICO Y HUMANO DE LA REVOLUCIÓN CUBANA.
BIBLIOGRAFÍA:
n  Discurso pronunciado por Fidel el día 1ero de Mayo de 2001. Periódico Granma, 2 de Mayo de 2001 ( Pág. 4 )
n  Discurso de Fidel. Club Rotario de la Habana. 15 de enero de 1959.-
n  Periódico REVOLUCIÓN. 10 de Marzo de 1959.
n  Concepto de ética. Diccionario Larousse.

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